Maria Antònia Ferragut

 

El año 2020, durante el confinamiento provocado por la pandemia y justo después de un divorcio amistoso, pero no por ello menos doloroso, empecé a realizar collages un poco como terapia personal, un poco por la necesidad de hacer algo creativo, con materiales que cualquiera puede tener en casa, durante ese encierro que se nos impuso de repente.

Encontré en el Collage una manera de poner en orden mis pensamientos y calmar mi estado anímico, de vaciar mi tristeza y sobreponerme a mis inseguridades. Recortando y pegando imágenes en papel y apoyando estas imágenes con textos propios, que al principio recortaba de revistas y después escribía directamente con Dimo, empezó mi historia con el collage como manera de exteriorizar mis sentimientos y también mi manera de pensar

En un principio la intención de mi obra era visibilizar lo que le sucede a una mujer cuando rompe con una relación que nació con la intención de que fuera para siempre. Una mujer que había planificado su vida y tenía su futuro perfectamente diseñado y lo que supone para ella que esto pase cuando ya ha entrado en la edad madura, ni suficientemente joven para empezar de nuevo con la energía necesaria ni demasiado vieja como para rendirse. Esa edad en que las mujeres somos transparentes para el resto de la Sociedad, dominada por los Hombres y sus criterios y cánones.

Más adelante mi obra, centrada sobre todo en la mujer, también fue un pretexto para expresar ideas, estados y opiniones propias de todo tipo. Busco imágenes y creo textos adaptados a ellas o al revés. A veces el texto surge antes y otras la imagen sugiere un texto a posteriori. Exponer a la luz mis Collages supone un esfuerzo titánico para mí. El síndrome de la impostora me persigue constantemente y realizar ese esfuerzo es un paso que me obligo a dar para renacer. Es un grito de aquí estoy y soy y valgo, aunque en el fondo no me lo crea demasiado.

Translate »